En 1951, viaja con su padre a Argentina en donde enseña y más tarde dirigirá la Escuela de Cerámica de Mar del Plata. Su época de Argentina fue rica en obras de cerámica, esculturas y pinturas con las que acude a varios certámenes y exposiciones, ganando premios y medallas.
De regreso a Segovia en 1967, abre su propia escuela. Después de una corta estancia en Francia , en donde monta un nuevo taller en las cercanías de Paris y acude a exposiciones de “Les Ateliers D’Art”, regresa a Segovia para entrar a enseñar cerámica en la Casa de Los Picos, entonces Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. Crea su último taller en la Plaza de la Merced. Realiza unas últimas exposiciones de cerámica y pintura en Segovia y su provincia y deja su taller a manos de su hijo Juan Daniel a quien traspasó sus conocimientos, técnica y amor al oficio.
Mantuvo la calidad, la técnica y la tradición artística de su familia, añadiendo algunas ideas suyas en diseño, más acordes con su tiempo.