Placido Zuloaga y Zuloaga nace en Madrid el día 5 de octubre de 1834. Es bautizado en la Parroquia de los Guardias de Corps de Su Majestad (el cuerpo de alabarderos), por ser su padre – Eusebio Zuloaga y González -Teniente Armero Mayor de la real Armería del Palacio Real. Su madre fue Antonia Zuloaga Larrue, prima de su padre. Al fallecer su madre siendo muy niño, Plácido fue criado por las segunda y tercera esposas de su padre, que eran –a su vez – hermana y sobrina de su madre.
Plácido adquiere su educación primaria en la calle de La Luna, de Madrid, bajo la dirección de Froilán Labra que sería su primer educador.
Con solo trece años Plácido Zuloaga es enviado por su padre a París para aprender en la célebre armería Lepage y con el escultor Paul Liènard. Al estallar la revolución de 1848, los sublevados asaltaron la armería donde se encontraba el niño -de trece años de edad -forzándole a ponerse la insignia roja y participar en los combates. Pero logró escapar y emprendió a pie y sin dinero el camino de España.
En Dresde Plácido estudia el damasquinado de las armaduras antiguas. También regresa a Paris para trabajar con Bayre y con Carpeaux. Después se establece en Eibar para continuar la fabricación que Eusebio allí comenzara, mejorándola. Sabe que Plácido tiene tras sí una amplia experiencia y un magnifíco futuro.
Casó Plácido Zuloaga con Catalina Josefa Lucía Zamora y Zabaleta, natural de Pau, en Francia. A su esposa la conocían por su último nombre (Lucía) y fue la segunda hija del capitán José Zamora (carlista) y de Luisa Zabaleta. Tuvieron diez hijos, de los que sólo sobrevivieron cinco. A pesar de apellidarse de segundo Zamora, a causa de la bgamia de José Zamora y el abandono de sus hijas y de su esposa, todos los hijos de Plácido y de Lucía decidieron emplear como segundo apellido el de Zabaleta en lugar del de Zamora: Eusebio, Cándida, Ignacio, Teresa y Dolores.
Casó en segundas nupcias con Francisca Gil y Lete, de la que no tuvo descendencia.
Plácido Zuloaga fallece en Madrid a las cuatro y media de la tarde del día 10 de julio de 1910, en el la casa de la Ciudad Lineal conocida como “La Umbría”. Había vivido sesenta y seis años, dedicando a su arte toda su vida.
El ayuntamiento de Eibar colocó una placa conmemorativa en la fachada d ela casa-torre Kontadorekua.
El gremio de damasquinadores de Eibar, en reconocimiento de la contribución de Plácido Zuloaga al desarrollo de éste arte, decidieron que el patrón de los damasquinadores fuese San Plácido.
Plácido Zuloaga evolucionó la técnica del damasquinado. Su padre Eusebio, lo aprendió y trabajó con el primitivo método de la “punceta”. Padre e hijo desarrollarían el “ estriado a cuchilla” con recursos de mayor perfección. Dio un verdadero impulso revolucionador al damasquinado. Introduce estas aplicaciones artísticas -que antes sólo se efectuaba en armas blancas y de fuego -a innumerables objetos de adorno; no sólo personal sino también doméstico: jarrones ánforas, escribanías etc…
Entre sus muchas obras se recuerda la escribanía que le encargo Isabel II; el jarrón estilo persa que regalo S.M el Rey Alfonso XII al Rey de Portugal; el complicado y monumental reloj con maquinaria de Lodosa, construido bajo su dirección y que estuvo depositado en el Museo de Artes Decorativas de Madrid en la calle Sacramento.
A la muerte del General Prim y Prat, conde de Reus, Marqués de los castillejos, asesinado en la calle del turco de Madrid en 1870, se le encarga a Plácido Zuloaga y Zuloaga su mausoleo. Obra grandiosa del damasquinado.
El Altar damasquinado de Loyola, emplazado inicialmente en el aposento contiguo al de la Conversión de San Ignacio. Sobre la mesa del Altar hubo originariamente un juego de siete piezas, todas ellas también damasquinadas; seis candelabros y un crucifijo.
Una preciosa “teca” que contiene la reliquia más insigne de Loyola, trozos del cráneo de San Ignacio.
Una copa de Cáliz, cuya Patena también es damasquinada.
Medalla de Honor en la Exposición Universal de París, 1855
Exposición de Madrid, 1856.
Exposición Internacional de Bruselas 1856.
Exposición Internacional de Londres, 1862.
Comendador de la Orden de Isabel la Católica.
Caballero Gran Cruz de Carlos III.
Oficial de la Legión de Honor de Francia.
Caballero Gran Cruz de León y Espada de Suecia.
Cruz del Rey Leopoldo de Bélgica.
Gran Cruz de Santiago, de Portugal.
Caballero de la Orden de María Teresa de Austria.
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