La relación de Valentine Dethomas con su futuro esposo fue provocada por su hermanastro Maxime, que coincidió con Ignacio Zuloaga hacia 1890 en la Académie de la Palette, forjando una gran amistad que perduró toda la vida. Con la intención de ayudar a su amigo Ignacio, periódicamente en apuros económicos, en 1895 le invita a Ignacio a pintar a alguna de sus hermanas. Ignacio eligió a valentina, a pesar de que bien pudo haber elegido a Alice, considerada la más atractiva de las tres hermanas. A lo largo de cuatro años Valentine mantuvo cierto contacto con el bohemio y viajero Ignacio, que se le acabó declarando. Como es lógico, a la madre de Valentine le suscitó numerosos reparos la identidad del pretendiente: un pintor emergente, pero que por aquel entonces trataba de ser torero en Sevilla, sin fortuna, de un pequeño pueblo del País Vasco… La ayuda de sus hermanos Maxime y Paul no fue suficiente, hasta que la abuela materna le acabó de convencer a Marie Margarite de que Ignacio Zuloaga podría llegar a triunfar y darle una buena vida a su hija.